Un amigo mío se fue a Madrid sabiendo que su novia necesitaba unas gafas para la vista y, encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas, entró en una óptica.
Después de ver unas cuantas, se decidió y le compró unas. La vendedora se las envolvió y pagó la cuenta pero, al marcharse, en lugar de coger la caja con las gafas, cogió otra muy parecida que había al lado y que contenía unas bragas que, seguramente, alguna clienta de las que había en la óptica se acababa de comprar. Mi amigo no se dio cuenta de la equivocación, se fue directamente a correos y le envió la caja a su novia, junto con una carta. La novia recibió el paquete y se quedó extrañada del contenido, así que leyó la carta que decía:
"Querida Marta: Leer mas aqui..