viernes, noviembre 14, 2008

Copiando a los peronistas..je je

The wall street journal.    11/14/08

You may have heard about Argentina's plan to nationalize private retirement accounts. Some Democrats on Capitol Hill are inspired, and with their big election victory they may get the chance to test Peronist ideas in America.


El influyente The Wall Street Journal reveló en su edición de hoy que existen entre legisladores demócratas intenciones de avanzar en el análisis de la experiencia argentina para reformular el tradicional sistema de seguros de retiro 401(k)


El artículo, "Apuntando a tu 401(k)", refiere a posibles regulaciones al sistema de ahorro de jubilación en bolsa en los Estados Unidos. "Habrán oído hablar del plan en la Argentina de nacionalizar las cuentas privadas de retiro", dice el diario. "Algunos demócratas en el Capitolio están inspirados y, con su gran victoria electoral, podrían tener la oportunidad de testear sus ideas peronistas en los Estados Unidos", indica The Wall Street Journal en el primer párrafo del artículo.

Con la 401(k) el americano promedio puede controlar su propia inversión en su retiro, explica, y en momentos de pánico de los mercados las consecuencias pueden ser nefastas. Es mejor que el Estado tome esas decisiones, dijo uno de los defensores de la nacionalización.

jueves, noviembre 13, 2008

A todas las Madres.

Lo dedico a todas las madres que conozco, admiro y quiero mucho. Que tengan un bello día lleno de amor, pero que sea todos los días! 


"Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer puede
convertirse en madre.

La naturaleza la ha dotado a mansalva del "instinto maternal" con
la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella
haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería
arrojarla a la basura. Pero gracias al instinto maternal" la mira embobada, la
encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo
menos 21años.

Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y
lavar pañales que terminar los estudios, triunfar en una carrera o
mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de
que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no
fumen, y que tomen leche.

Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas,los estudios,
las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan
a callar o le tiran la puerta en las narices,porque no están en nada...

Es quedarse desveleda esperando que vuelva la hija de la fiesta y,
cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar

Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto,se
afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas

Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y
sonreír cuando los ve sufriendo.

Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico,
policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan.

Es decir, que "son cosas de la edad" cuando la mandan al carajo.

Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que
llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el
Día de la Madre.

El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que
uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno
desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte hay una
sola...

Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces... "  Isabel Allende..


Yo personalmente se lo dedico a mi madre "MLD"

Anda un Caño

A ver, pongamos algo en claro: si me hago un pique hasta las sierras para ver la nieve, ni en pedo me pongo atrás de un colectivo en la ruta.
Descarto, por cierto, cualquier vehículo particular; los particulares no tienen onda.
De más está decir que ni chupado viajaría mirándole el culo a un motociclista. No. Tampoco.
Nosotros, que somos jóvenes y argentinos, que tenemos la sangre sedienta de aventuras, cuando nos echamos un pique hasta las sierras para ver la nieve, viajamos detrás de esto:

tanque.jpg

Mi mujer ríe. En el asiento del acompañante, ríe. No sé, encuentra gracioso que semejante cosa vaya delante de nosotros, apuntándonos.
—Deberíamos ahorrar para comprar uno de esos —comenta, mientras yo empiezo a preocuparme. Esto es una ruleta rusa militar. Mala cosa.
¿Estos tipos le vaciaron el cargador al pistolón ese? ¿Quién certifica que no van a meterse en un bache que haga que se les escapape un cuetazo? Imagino los destrozos de semejante cañón escupiéndonos una plomada en la cara.
Tengo en la mano una moneda de un peso para pagar el peaje. No se puede uno llevar el dinero a la tumba. Salvo que seas un faraón, pero ni así le veo la gracia.
—Cuando viene uno atrás con las luces altas… —dice ella, con la cara iluminada por la fantasía vengativa vial—. Imaginate la cara que pondría si lo apuntás con eso.
—¿Se puede salir a la ruta con semejante cañón? —digo—. No es lógico que permitan circular ese armamento, no estamos en guerra, mirá si se les escapa un tiro.
Cuando los adelantamos, uno de los muchachos de boina le guiña el ojo a mi mujer.
Ella sonríe.
Me pregunto si esta persona que tengo en el asiento del acompañante no será parte de una conspiración gubernamental. La miro. Quiero descubrir que es una agente secreta.
¿Y si realmente es una agente secreta?
Un auto que viene detrás me hace juego de luces; está desesperado por pasar, a pesar de que estamos muy cerca del peaje. ¿Adónde va con tanto apuro?
Me hago a un lado. Pasa.
Miro a mi mujer.
¿Y si realmente es una agente secreta? Podríamos conseguir un cañón de esos. Inventaríamos algo y nos lo darían. “Úsenlo con cuidado, sáquenlo a la ruta sólo si es absolutamente necesario”, pienso que nos dicen.
Le sonrío.
Me sonríe.

martes, noviembre 11, 2008

LAGRIMITA.

Lagrimita tiene una vocación inclaudicable e infatigable de tristeza que le permite interpretar cualquier comentario, situación o actitud de la peor manera posible. Si su jefe le dice que quiere hablar con ella, es para echarla, si su marido le trae flores, es porque la está engañando, si el supermercado tiene un queso de oferta, debe estar vencido, y si su hijo la llama al trabajo, lo primero que le pregunta es quién se murió.


Tanta es su melancolía y pesimismo, que ni siquiera cuando las cosas le suceden a otro se permite disfrutar. Entre elegir una comedia y un drama, siempre se lleva las películas de huérfanos, dictaduras crueles o melodramas en los que el galán muere de fiebre tifoidea. Entre dormir la siesta con la persiana baja y salir a pasear a una plaza, Lagrimita prefiere dormir a oscuras. Entre quedarse encerrada mirando una telenovela e ir a una fiesta, Lagrimita siempre elige el encierro.


Sus recuerdos personales siempre son sombríos. Atesora, como joyas antiguas, todas las decepciones que vivió desde pequeña. Cada vez que ve un perro se acuerda cuando Bobby, su primer cachorro, murió de moquillo en sus brazos. De la secundaria se acuerda que su mejor amiga le robó el novio y que a su hermana le hicieron fiesta de 15 pero que cuando llegó su turno, su padre ya no tenía trabajo y no había dinero.


Pero a diferencia de la nube negra, Lagrimita no quiere arruinarle la felicidad a nadie. Es sufrida de una forma serena y silenciosa que no afecta a nadie más que a ella misma. Apenas si le inyecta un poco de culpa a quienes la escuchan victimizarse y hacerse la pobrecita.


Para eso, suele expresar con sacrificio fingido cualquier comentario. Mientras que una persona normal cuenta que tuvo que ir al supermercado a hacer una compra grande y que cuando llegó ya no había envío a domicilio, ella relata que le quedaba poquita comida, que tenía hambre, que fue al supermercado más lejano para ahorrarse unos pesos, que por desgracia no había entrega a domicilio, que tuvo que arrastrar las bolsas y ahora tiene dolor de espaldas y que si no fuera por un extraño que la ayudó, ahora estaría muerta.


Otra cosa que le gusta hacer a Lagrimita es regodearse en su soledad. Si le preguntan qué cenó, en vez de comentar su cena, aclara que no tiene sentido cocinar para ella solita y que prefiere tomarse un tecito y acostarse temprano. Si le preguntan a dónde va de vacaciones, en vez de decir que va a Mar de Ajó, cuenta que sus amigas van a Brasil pero que ella no puede pagarlo. Si le cuentan que una conocida se cambió el auto, se alegra y le dice que aproveche mientras pueda. Y si una amiga se casa, la abraza emocionada y dice que también le gustaría conocer al hombre de su vida, pero que el amor no es para ella.


Sin embargo, su deseo es una verdad a medias. A diferencia del resto de las mujeres, a Lagrimita no le gusta enamorarse. Le gusta romper. Adora mirarse al espejo mientras llora, estar deprimida y tirada en la cama, escribir reflexiones amorosas en su diario y leer poesía mediocre de escritores todavía más deprimidos que ella.


Si, por ejemplo, Lagrimita conoció a un chico por chat, salieron dos veces y no funcionó, en vez de mandarlo a la mierda y bloquearle el Messenger, le escribe una carta de despedida llena de sentencias amorosas fatalistas, contrapuntos arjonescos y frases romanticoides. A pesar de que apenas lo conoce, habla como fuera el amor de su vida con sus amigas, que tienen que padecerla durante meses como si, en efecto, esa relación hubiera sido importante en su vida.


Pero eso no es todo. Sus amigas no sólo padecen la crónica de sus melodramas. A veces también los viven en carne propia. Si por error una de ellas olvida llamarla para el cumpleaños o desaparece por algunos días, Lagrimita llora a moco tendido y arma un rosario de escenas tragicómicas hasta transformar ese detalle anecdótico en un problema fatal. No para hasta que su amiga se ve obligada a tener una conversación desgastante, maricona e innecesaria sobre lo que siente cada una al respecto y le pide perdón rogando que ella la absuelva de pecado y culpa.


Previsiblemente, Lagrimita duerme mucho y siempre está enferma. Le gusta arrastrarse, agotada, morir del dolor de cabeza o tambalearse por la presión baja que heredó de su familia. Incluso si es joven fantasea con que tiene cáncer, anticipándose al diagnóstico de un médico y asumiendo una muerte joven que no llega nunca. Si no tiene, igualmente le gusta mencionar que tuvo un tumor o un lunar peligroso y que la incertidumbre la obligó a vivir las horas más desgarradoras de su vida. Tampoco es cuestión de desperdiciar tragedia. Un lunar cancerígeno casi es cáncer. Si podría haberse muerto, que al menos sirva para dar pena.