miércoles, julio 31, 2013
La vida y sus Cuatro Leyes.
Primera ley:
“La persona que llega es la persona correcta”,
es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad,
todas las personas que nos rodean,
que interactúan con nosotros,
están allí por algo,
para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
Segunda ley :
“Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”.
Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera.
Ni siquiera el detalle más insignificante.
No existe el: “si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…”.
Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado,
y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante.
Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
Tercera ley:
“Cualquier momento que comience es el momento correcto”.
Todo comienza en el momento indicado,
ni antes, ni después.
Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
Cuarta ley:
“Cuando algo termina, termina”.
Simplemente así.
Si algo terminó en nuestras vidas,
es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy;
es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.
Autoayuda.
domingo, junio 02, 2013
Grandes Diferencias Entre lo que Fuimos y lo que Somos.
¿Por qué EE.UU. sí y nosotros no?
Un
libro de uno de los editores del Financial Times reactualiza las
preguntas sobre la Argentina como "caso de estudio" para los economistas
y analiza por qué dos países que podrían haber tenido un destino
similar alcanzaron un desarrollo tan diferente
Alan Beattie, uno de
los editores del Financial Times , ha publicado un libro titulado False
Economy: A Surprising Economic History of the World que ha despertado
gran interés en Estados Unidos y Europa. El libro analiza las razones
que se esconden detrás del éxito económico de ciertos países y del
fracaso de otros. Su principal conclusión es que el destino de una
nación no está predeterminado sino que es producto de las buenas o malas
decisiones que toman sus líderes, lo cual parece bastante obvio.
Para destacar esa idea, en uno de los capítulos más interesantes del
libro " Making choices. Why did Argentina succeed and the United States
stall ?" ["Tomando decisiones. ¿Por qué la Argentina triunfó y EE.UU.
se quedó?", base de un extenso artículo publicado recientemente en el
Financial Times )], Beattie compara la evolución económica de ambos
países. El artículo comienza con un ejercicio de historia contrafáctica
que inmediatamente capta la atención del lector. Los ataques del 11 de
septiembre de 2001 no ocurrieron en Nueva York sino en Buenos Aires.
Fueron los norteamericanos quienes sufrieron una severa crisis
financiera meses después, no los argentinos. A principios del siglo XXI
la principal superpotencia del mundo es Argentina y Estados Unidos se
encuentra en la ruina. La realidad fue al revés, pero lo que Beattie
plantea es que esto no tenía por qué ser así necesariamente.
"La crisis que ha golpeado a Estados Unidos y a todo el sistema
financiero global y amenaza con hundir al mundo en otra Gran Depresión
debería ser una advertencia", señala Beattie. La economía norteamericana
podría terminar como la argentina si los políticos de Estados Unidos
toman las decisiones equivocadas y olvidan "las dolorosas lecciones del
pasado". En el resto del capítulo, Beattie presenta un análisis de
historia económica comparada de ambos países para repasar esas
lecciones.
Así, se remonta al período de la independencia y sostiene que,
durante largo tiempo, Estados Unidos y Argentina siguieron trayectorias
paralelas. Hace un siglo y medio, dice, ambos países se encontraban en
una situación similar: contaban con abundantes recursos naturales y una
enorme extensión territorial. Cincuenta años más tarde, ya eran rivales y
aprovechaban la primera era de la globalización. Hasta 1939 las
semejanzas entre Argentina y Estados Unidos, según Beattie, "no eran
superficiales ni ficticias".
Repite una historia que los argentinos conocemos bien: a principios
del siglo XX, Argentina era uno de los 10 países más ricos del planeta y
los millones de emigrantes italianos que se escapaban de la pobreza de
su país no sabían si embarcarse rumbo a Nueva York o a Buenos Aires.
Pero a partir de la depresión de 1930, según Beattie, la trayectoria
de Argentina y Estados Unidos comenzó a divergir tanto política como
económicamente. La causa, en su opinión, fue que los líderes argentinos
erraron sistemáticamente en su diagnóstico de la situación y aplicaron
políticas desacertadas. En la década siguiente, mientras que Estados
Unidos optó por Roosevelt y su New Deal, Argentina eligió la dictadura y
el nacionalismo económico. A partir de entonces nuestro país entró en
un período de declinación secular que nunca logró revertir.
Beattie cita una serie de estadísticas interesantes. En 1950 el
ingreso per cápita de la Argentina era el doble que el de España y el
triple que el de Japón. Veinticinco años más tarde, el ingreso per
cápita de España superaba al de Argentina y el de Japón era tres veces
mayor. "La ilusión de que Argentina todavía era un país del primer mundo
debió desintegrarse en los años setenta, cuando la suba del precio del
petróleo y la dislocación económica pusieron en aprietos incluso a
gobiernos sólidos," escribió.
Pero nuevamente la Argentina se puso a contramano del mundo con una
dictadura militar. Los ochenta fueron una década perdida caracterizada
por el estancamiento y la hiperinflación. En los noventa, el mundo
volvió a experimentar una nueva ola de globalización como la de fines
del siglo XIX. "Como en aquella era dorada, Estados Unidos y Argentina
lideraron el cambio. Y como en aquel entonces, EE.UU. pudo capear la
tormenta mientras que la Argentina, habiendo prometido su heroico
resurgimiento, volvió a sucumbir a un error fatal." Según Beattie, la
convertibilidad era incompatible con un gasto público en constante
expansión. Esta receta requería un endeudamiento creciente que
inevitablemente llevaría a una crisis financiera.
Contrapunto con EE.UU.
Durante dos
siglos la trayectoria de ambos países pudo haber sido inversa y de
hecho, según Beattie, aún podría serlo. Durante los noventa, Estados
Unidos también cayó en la tentación del endeudamiento. La crisis
subprime se originó porque los bancos prestaron dinero a individuos con
poca capacidad de repago, a quienes Beattie describe como "los
argentinos del mercado inmobiliario norteamericano". Su conclusión: si
EE.UU. no reconoce y corrige sus errores, como lo hizo durante la Gran
Depresión, su estatus de superpotencia corre peligro. "Su crecimiento
-concluye- no estaba predestinado y tampoco lo está su preeminencia de
ahora en más."
Aunque interesante, y seguramente revelador para los lectores
habituales del Financial Times , el análisis comparativo de Beattie es
bastante simplista y denota cierto desconocimiento de la historia de
nuestro país. Contrariamente a lo que sostiene en el libro y en el
artículo publicado en mayo, las diferencias entre Argentina y Estados
Unidos a mediados del siglo XIX eran profundas y no desaparecieron con
el paso del tiempo sino que se acentuaron. Quien tuvo oportunidad de
observarlas en su origen fue el general Carlos de Alvear, embajador
argentino en Estados Unidos de 1838 a 1852.
A diferencia de la Argentina, en su primer
siglo de vida independiente Estados Unidos expandió constantemente su
territorio. El gran salto se produjo en 1803 cuando Jefferson le compró a
Napoleón la Luisiana por 15 millones de dólares. Pero a partir de 1845,
Estados Unidos se volvió a embarcar en otra gran expansión territorial,
en gran medida motivada por las necesidades políticas y económicas del
sistema esclavista, y fue justificada con una reinterpretación de la
doctrina Monroe ( "América para los americanos" ) y la idea del
Destino Manifiesto ( "la Providencia nos ha dado el mandato de
conquistar todo el continente" ) . Los medios para conseguirla fueron la
anexión de Texas (1845), la incorporación de Oregon (1846) y la guerra
con México (1846-1848).
En 1852, Alvear se preguntaba: "Los Estados
Unidos formaron 13 estados cuando declararon su independencia, hoy
tienen 31 estados. ¿Si hubiesen tenido la necedad de dividirse en
naciones serían lo que son?" Obviamente, no. "Todas las repúblicas de
América han tenido el buen sentido de conservar los límites que
heredaron de la España, y si México ha perdido parte de su territorio,
lo ha hecho debido a que fue vencido en una guerra extranjera, y a pesar
de las revoluciones por las que ha pasado aquella república y de su
inmensa extensión, allí nadie tuvo el propósito de separación y
desmembración. Entre nosotros ha sido todo lo contrario," observaba
Alvear. En efecto, del territorio heredado del Virreinato del Río de la
Plata, entre 1810 y 1830 se desmembraron Paraguay, Bolivia y Uruguay.
Esta tendencia secesionista recién se frenó a partir de 1878, cuando se
incorporó la Patagonia al territorio nacional.
En opinión de Alvear, el fenomenal desarrollo de Estados Unidos
durante sus primeros ochenta años de vida se asentaba sobre ciertos
pilares: la existencia de instituciones, el carácter emprendedor y la
cultura cívica del pueblo norteamericano, la expansión territorial y el
crecimiento de su población. Respecto a este último punto, Alvear
señalaba que la inmigración europea "es la que ha hecho y hace en una
gran parte la prosperidad siempre creciente de este país [Estados
Unidos] y como la inmigración promete aumentar cada vez más en los años
venideros, el poder, fuerza y riqueza de este país seguirán progresando?
y en pocos años más, será el más poderoso."
Aunque crítico de la política exterior de Estados Unidos, Alvear
estaba convencido de que nuestro país debía emular ciertos aspectos del
modelo norteamericano: promulgar una constitución con un sistema de
gobierno republicano y federal, promover la inmigración europea y
recuperar la Patagonia. La implementación de estas ideas, a partir de
1853, convirtió a la Argentina en una pujante potencia económica en sólo
tres décadas. Pero a diferencia de Estados Unidos, nuestro país no
utilizó la fuerza militar ni la intriga para expandir su territorio o su
influencia como lo hicieron los norteamericanos en Hawai, Cuba,
Filipinas, Panamá y varios países de Centro América entre 1850 y
principios del siglo XX. (La guerra de la Triple Alianza tuvo otras
causas). Es decir, el cromosoma "imperialista" (necesario para ser una
superpotencia militar) no estaba suficientemente desarrollado en el ADN
argentino (o estaba mucho menos desarrollado que en el ADN
norteamericano).
La comparación que propone Beattie es una advertencia válida para
los norteamericanos. Sin embargo, afirmar que a mediados del siglo XIX
Argentina estaba en la misma situación que Estados Unidos y que hoy
podría ser la principal superpotencia del planeta es un recurso
efectista. Hubo semejanzas entre ambos países, pero desde su origen las
diferencias eran demasiado profundas. Aun si nuestro país hubiera
permanecido en la senda en la que lo puso la generación del ochenta, hoy
se parecería más a Canadá o a Australia que a Estados Unidos. Pero
Beattie nos recuerda dos cosas importantes. Primero, que la enorme
oportunidad perdida por nuestro país durante la segunda mitad del siglo
veinte fue consecuencia de los graves errores que cometieron nuestros
líderes. Segundo, que el futuro está en nuestras manos (o nuestros
votos).
Expansión territorial estadounidense
Secesionismo ,desintegración del Virreinato platense e independencia de Chile
Diccionario
español aludiendo que el nivel de progreso que tenía Argentina en ese
tiempo podría rivalizar con EE.UU por el control del continente.
El contenido del post y recopilacion desconocidos.
lunes, abril 29, 2013
Holanda, de fiesta: últimos preparativos para la asunción de los nuevos reyes
Holanda se prepara para la gran ceremonia que culminará con la entronación de la argentina Máxima Zorreguieta. En las calles se vive una gran expectativa a espera del día más esperado.
Soledad Ferrari.
Holanda vive una semana histórica. La víspera a la coronación tiene a Amsterdam y a sus ciudadanos de fiesta.
La aerolínea KLM, propiedad de la Familia Real, ofrece un 10% de descuento en su free shop con motivo de la coronación de William Alexander.
Luego de 33 años en el trono, Beatrix,
le cederá la corona a su primogénito. Esto significa que los Países
Bajos tendrán su primer rey desde 1890. Si bien en la entrevista que
Máxima y el Príncipe William Alexander dieron para la televisión
holandesa, aseguraron que no estaban nerviosos frente a uno de los
acontecimientos más importantes de su vida, la pareja real ensaya con sus hijas día y noche para el gran día.
El próximo lunes 29 de abril, el mismo día de la gala, llegarán
custodiados junto a Amalia, Ariane y Alexia para repasar sus posiciones,
in situ.
La Maximamanía
Las principales revistas europeas la tienen en su portada. La edición española de Vantiy Fair
ilustró su tapa con la futura reina holandesa y tituló: Cómo se fabrica
una reina perfecta. En la misma página principal, le sugiere a Letizia
de Asturias que imite a la inminente reina: “¡Tomá nota, Letizia!’’. A
la estación de Amsterdam Central no dejan de llegar turistas de todo el
mundo. “Venimos a la coronación. Nunca antes tuvimos tan cerca un evento
de esta magnitud. Amo a la realeza”, asegura Pierina, una estudiante de
Letras de Perugia, Italia.
La coronación le implica al Estado un
gasto de 11 millones de euros, sin embargo son pocos los que se quejan
de que se gaste este presupuesto en plena crisis europea. ‘’Hace más de
33 años que no teníamos un evento tan importante’’, explica Yvonne Phoebe, editora de la revista Privée,
el semanario sobre la realeza y el espectáculo más vendido de Holanda.
Todos esperan verse beneficiados con la asunción. Por empezar el 30 de
abril se le dará asueto a los empleados públicos. Los comerciantes, los
taxistas y los gastronómicos esperan hacer una buena diferencia.
"La Casa Real gasta mucho pero también
devuelve. Su imagen es muy favorable para Holanda. Gracias a la
coronación, mi facturación aumentará notoriamente", asegura el dueño de
un restaurante argentino. Un libanés le da la última mano de pintura a
una de las puertas laterales de la Nieuwe Kerk, la Iglesia Nueva de
Amsterdam. Allí Máxima y el Príncipe se casaron bajo el rito protestante
y allí se convertirán en los reyes de Holanda.
La cara de Máxima y Alex – como la
princesa lo llama en la intimidad –se reproduce en las vidrieras de
todos los locales que venden souvenirs como también en los bancos más
importantes de Holanda. NOS, el canal público holandés, ya se
prepara en la Plaza Dam para la transmisión . Una productora asegura que
hace varios días que no duerme.
“Desde que la reina anunció su
abdicación, mi vida pasa por los Orange”, asegura entre risas. Hay
varios programas especiales que muestran la vida de Máxima, su marido y
su suegra. Una holandesa, tan fanática de Máxima como parecida, está
convencida de que en otra vida fueron amigas. “La amo, siento que la
conozco. Ojalá fueran todas las princesas como ellas y yo encontrara un
príncipe como Alex’’, asegura Marjan.
No todo es euforia en Amsterdam. También
hay miedo por otro posible atentado (en 2009, en pleno festejo por el
Día de la Reina, un hombre quiso atentar contra la Familia Real). Por
esta razón, habrá 10 mil policías custodiando a Máxima, a su familia y
al pueblo holandés. “Espero que nadie se atreva a hacer algo con la
gente que está ahí. Creo que lo organismos de seguridad van a hacer su
trabajo. Confío en ellos y así soy en la vida”, dijo Máxima en su última
entrevista como princesa.Soledad Ferrari.
martes, abril 09, 2013
Lo que opina un Ingles sobre Tatcher. Carta traducida.
Thatcher es recordada como la Dama de Hierro solamente porque poseía características completamente negativas, como su permanente tozudez y su incapacidad de escuchar a los demás. Cada movimiento que hacía estaba cargado de negatividad: destruyó la industria manufacturera británica, odiaba a los mineros, odiaba las artes, odiaba a los luchadores de la libertad irlandeses y los dejó morir, odiaba a los ingleses pobres y no hizo nada por ayudarles, odiaba a Greenpeace y a los activistas por el medio ambiente. Fue la única líder política europea que se opuso a la prohibición del comercio de marfil. No tenía astucia ni calidez e incluso su propia coalición acabó por expulsarla. Dio la orden de volar El Belgrano (buque argentino) aún cuando este se encontraba fuera de la zona de exclusión de las Malvinas… ¡y se estaba alejando de las islas! Cuando los jóvenes argentinos abordo de El Belgrano estaban sufriendo la más horrible e injusta de las muertes, Thatcher le hizo el símbolo de la victoria a la prensa británica. ¿Hierro? No. ¿Barbárica? Sí. Ella odiaba a las feministas pese a que en gran parte fue gracias al progreso de este movimiento que el público británico llegó a aceptar la posibilidad de que una mujer pudiera llegar a ser primer ministro. Pero por culpa de Thatcher, nunca más habrá una mujer al poder en la política británica. En vez de abrir una puerta para las mujeres, la cerró. Thatcher será apreciada sólo por los sentimentalistas que no sufrieron bajo su liderazgo, pero la mayoría de la clase trabajadora británica ya la ha olvidado, y los argentinos estarán celebrando su muerte. Como resumen de los hechos, Thatcher era el terror sin un átomo de humanidad. Morrissey.
lunes, abril 08, 2013
lunes, febrero 25, 2013
miércoles, enero 30, 2013
martes, enero 22, 2013
Las Cuatro Estaciones
Había un hombre que tenía cuatro hijos. El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces los envió a cada uno por turnos a visitar un peral que estaba a una gran distancia.
El primer hijo fue en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el hijo más joven en el Otoño. Cuando todos ellos habían ido y regresado; él los llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto.
-El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.
-El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.
-El tercer hijo no estuvo de acuerdo, el dijo que estaba cargado de flores, que tenia aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.
-El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.
Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían la razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.
El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona, por solo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones han pasado.
Reflexión
Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano, y la satisfacción del otoño. No dejes que el dolor de una estación destruya la dicha del resto.
No juzgues la vida por solo una estación difícil. Aguanta con valor las dificultades y malas rachas porque luego disfrutarás de los buenos tiempos.
Sólo el que persevera encuentra un mañana mejor.
Fuente: D.
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