domingo, enero 12, 2014

Aprendiendo.



Después de un tiempo, uno aprende la sútil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes ... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...

La habilidad para aprender, desaprender y reaprender es crucial en un mundo en constante cambio y desarrollo. En nuestro camino nos vamos a encontrar con muchas lecciones que sólo con el tiempo vamos a saber aceptar, entender e interiorizar. El tiempo nos permite desarrollar una visión más clara de las cosas, una interpretación sabia y útil que vamos a poder aplicar en situaciones presentes y futuras, siempre y cuando estemos dispuestos a escuchar lo que tiene para decirnos.

No dejemos pasar la oportunidad de reflexionar sobre nuestras experiencias ... Las lecciones y mensajes que se encuentran ocultos en cada momento que vivimos nos están esperando!



 Jorge Luis Borges.

miércoles, julio 31, 2013

La vida y sus Cuatro Leyes.



Primera ley:
“La persona que llega es la persona correcta”,
es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad,
todas las personas que nos rodean,
que interactúan con nosotros,
están allí por algo,
para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
Segunda ley :
“Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”.
Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera.
Ni siquiera el detalle más insignificante.
No existe el: “si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…”.
Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado,
y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante.
Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
Tercera ley:
“Cualquier momento que comience es el momento correcto”.
Todo comienza en el momento indicado,
ni antes, ni después.
Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
Cuarta ley:
“Cuando algo termina, termina”.
Simplemente así.
Si algo terminó en nuestras vidas,
es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy;
es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.


Autoayuda.

domingo, junio 02, 2013

Grandes Diferencias Entre lo que Fuimos y lo que Somos.


¿Por qué EE.UU. sí y nosotros no?

 

 Un libro de uno de los editores del Financial Times reactualiza las preguntas sobre la Argentina como "caso de estudio" para los economistas y analiza por qué dos países que podrían haber tenido un destino similar alcanzaron un desarrollo tan diferente

Alan Beattie, uno de los editores del Financial Times , ha publicado un libro titulado False Economy: A Surprising Economic History of the World que ha despertado gran interés en Estados Unidos y Europa. El libro analiza las razones que se esconden detrás del éxito económico de ciertos países y del fracaso de otros. Su principal conclusión es que el destino de una nación no está predeterminado sino que es producto de las buenas o malas decisiones que toman sus líderes, lo cual parece bastante obvio.

Para destacar esa idea, en uno de los capítulos más interesantes del libro " Making choices. Why did Argentina succeed and the United States stall ?" ["Tomando decisiones. ¿Por qué la Argentina triunfó y EE.UU. se quedó?", base de un extenso artículo publicado recientemente en el Financial Times )], Beattie compara la evolución económica de ambos países. El artículo comienza con un ejercicio de historia contrafáctica que inmediatamente capta la atención del lector. Los ataques del 11 de septiembre de 2001 no ocurrieron en Nueva York sino en Buenos Aires. Fueron los norteamericanos quienes sufrieron una severa crisis financiera meses después, no los argentinos. A principios del siglo XXI la principal superpotencia del mundo es Argentina y Estados Unidos se encuentra en la ruina. La realidad fue al revés, pero lo que Beattie plantea es que esto no tenía por qué ser así necesariamente.

"La crisis que ha golpeado a Estados Unidos y a todo el sistema financiero global y amenaza con hundir al mundo en otra Gran Depresión debería ser una advertencia", señala Beattie. La economía norteamericana podría terminar como la argentina si los políticos de Estados Unidos toman las decisiones equivocadas y olvidan "las dolorosas lecciones del pasado". En el resto del capítulo, Beattie presenta un análisis de historia económica comparada de ambos países para repasar esas lecciones.

Así, se remonta al período de la independencia y sostiene que, durante largo tiempo, Estados Unidos y Argentina siguieron trayectorias paralelas. Hace un siglo y medio, dice, ambos países se encontraban en una situación similar: contaban con abundantes recursos naturales y una enorme extensión territorial. Cincuenta años más tarde, ya eran rivales y aprovechaban la primera era de la globalización. Hasta 1939 las semejanzas entre Argentina y Estados Unidos, según Beattie, "no eran superficiales ni ficticias".

Repite una historia que los argentinos conocemos bien: a principios del siglo XX, Argentina era uno de los 10 países más ricos del planeta y los millones de emigrantes italianos que se escapaban de la pobreza de su país no sabían si embarcarse rumbo a Nueva York o a Buenos Aires.

Pero a partir de la depresión de 1930, según Beattie, la trayectoria de Argentina y Estados Unidos comenzó a divergir tanto política como económicamente. La causa, en su opinión, fue que los líderes argentinos erraron sistemáticamente en su diagnóstico de la situación y aplicaron políticas desacertadas. En la década siguiente, mientras que Estados Unidos optó por Roosevelt y su New Deal, Argentina eligió la dictadura y el nacionalismo económico. A partir de entonces nuestro país entró en un período de declinación secular que nunca logró revertir.

Beattie cita una serie de estadísticas interesantes. En 1950 el ingreso per cápita de la Argentina era el doble que el de España y el triple que el de Japón. Veinticinco años más tarde, el ingreso per cápita de España superaba al de Argentina y el de Japón era tres veces mayor. "La ilusión de que Argentina todavía era un país del primer mundo debió desintegrarse en los años setenta, cuando la suba del precio del petróleo y la dislocación económica pusieron en aprietos incluso a gobiernos sólidos," escribió.

Pero nuevamente la Argentina se puso a contramano del mundo con una dictadura militar. Los ochenta fueron una década perdida caracterizada por el estancamiento y la hiperinflación. En los noventa, el mundo volvió a experimentar una nueva ola de globalización como la de fines del siglo XIX. "Como en aquella era dorada, Estados Unidos y Argentina lideraron el cambio. Y como en aquel entonces, EE.UU. pudo capear la tormenta mientras que la Argentina, habiendo prometido su heroico resurgimiento, volvió a sucumbir a un error fatal." Según Beattie, la convertibilidad era incompatible con un gasto público en constante expansión. Esta receta requería un endeudamiento creciente que inevitablemente llevaría a una crisis financ
iera.



Contrapunto con EE.UU.

Durante dos siglos la trayectoria de ambos países pudo haber sido inversa y de hecho, según Beattie, aún podría serlo. Durante los noventa, Estados Unidos también cayó en la tentación del endeudamiento. La crisis subprime se originó porque los bancos prestaron dinero a individuos con poca capacidad de repago, a quienes Beattie describe como "los argentinos del mercado inmobiliario norteamericano". Su conclusión: si EE.UU. no reconoce y corrige sus errores, como lo hizo durante la Gran Depresión, su estatus de superpotencia corre peligro. "Su crecimiento -concluye- no estaba predestinado y tampoco lo está su preeminencia de ahora en más."

Aunque interesante, y seguramente revelador para los lectores habituales del Financial Times , el análisis comparativo de Beattie es bastante simplista y denota cierto desconocimiento de la historia de nuestro país. Contrariamente a lo que sostiene en el libro y en el artículo publicado en mayo, las diferencias entre Argentina y Estados Unidos a mediados del siglo XIX eran profundas y no desaparecieron con el paso del tiempo sino que se acentuaron. Quien tuvo oportunidad de observarlas en su origen fue el general Carlos de Alvear, embajador argentino en Estados Unidos de 1838 a 1852.

A diferencia de la Argentina, en su primer siglo de vida independiente Estados Unidos expandió constantemente su territorio. El gran salto se produjo en 1803 cuando Jefferson le compró a Napoleón la Luisiana por 15 millones de dólares. Pero a partir de 1845, Estados Unidos se volvió a embarcar en otra gran expansión territorial, en gran medida motivada por las necesidades políticas y económicas del sistema esclavista, y fue justificada con una reinterpretación de la doctrina Monroe ( "América para los americanos" ) y la idea del Destino Manifiesto ( "la Providencia nos ha dado el mandato de conquistar todo el continente" ) . Los medios para conseguirla fueron la anexión de Texas (1845), la incorporación de Oregon (1846) y la guerra con México (1846-1848).
En 1852, Alvear se preguntaba: "Los Estados Unidos formaron 13 estados cuando declararon su independencia, hoy tienen 31 estados. ¿Si hubiesen tenido la necedad de dividirse en naciones serían lo que son?" Obviamente, no. "Todas las repúblicas de América han tenido el buen sentido de conservar los límites que heredaron de la España, y si México ha perdido parte de su territorio, lo ha hecho debido a que fue vencido en una guerra extranjera, y a pesar de las revoluciones por las que ha pasado aquella república y de su inmensa extensión, allí nadie tuvo el propósito de separación y desmembración. Entre nosotros ha sido todo lo contrario," observaba Alvear. En efecto, del territorio heredado del Virreinato del Río de la Plata, entre 1810 y 1830 se desmembraron Paraguay, Bolivia y Uruguay. Esta tendencia secesionista recién se frenó a partir de 1878, cuando se incorporó la Patagonia al territorio nacional.

En opinión de Alvear, el fenomenal desarrollo de Estados Unidos durante sus primeros ochenta años de vida se asentaba sobre ciertos pilares: la existencia de instituciones, el carácter emprendedor y la cultura cívica del pueblo norteamericano, la expansión territorial y el crecimiento de su población. Respecto a este último punto, Alvear señalaba que la inmigración europea "es la que ha hecho y hace en una gran parte la prosperidad siempre creciente de este país [Estados Unidos] y como la inmigración promete aumentar cada vez más en los años venideros, el poder, fuerza y riqueza de este país seguirán progresando? y en pocos años más, será el más poderoso."

Aunque crítico de la política exterior de Estados Unidos, Alvear estaba convencido de que nuestro país debía emular ciertos aspectos del modelo norteamericano: promulgar una constitución con un sistema de gobierno republicano y federal, promover la inmigración europea y recuperar la Patagonia. La implementación de estas ideas, a partir de 1853, convirtió a la Argentina en una pujante potencia económica en sólo tres décadas. Pero a diferencia de Estados Unidos, nuestro país no utilizó la fuerza militar ni la intriga para expandir su territorio o su influencia como lo hicieron los norteamericanos en Hawai, Cuba, Filipinas, Panamá y varios países de Centro América entre 1850 y principios del siglo XX. (La guerra de la Triple Alianza tuvo otras causas). Es decir, el cromosoma "imperialista" (necesario para ser una superpotencia militar) no estaba suficientemente desarrollado en el ADN argentino (o estaba mucho menos desarrollado que en el ADN norteamericano).

La comparación que propone Beattie es una advertencia válida para los norteamericanos. Sin embargo, afirmar que a mediados del siglo XIX Argentina estaba en la misma situación que Estados Unidos y que hoy podría ser la principal superpotencia del planeta es un recurso efectista. Hubo semejanzas entre ambos países, pero desde su origen las diferencias eran demasiado profundas. Aun si nuestro país hubiera permanecido en la senda en la que lo puso la generación del ochenta, hoy se parecería más a Canadá o a Australia que a Estados Unidos. Pero Beattie nos recuerda dos cosas importantes. Primero, que la enorme oportunidad perdida por nuestro país durante la segunda mitad del siglo veinte fue consecuencia de los graves errores que cometieron nuestros líderes. Segundo, que el futuro está en nuestras manos (o nuestros votos).

                                            Expansión territorial estadounidense 

Secesionismo ,desintegración del Virreinato platense e independencia de Chile 
 Diccionario español aludiendo que el nivel de progreso que tenía Argentina en ese tiempo podría rivalizar con EE.UU por el control del continente 





El contenido del post  y recopilacion desconocidos. 

 

lunes, abril 29, 2013

Holanda, de fiesta: últimos preparativos para la asunción de los nuevos reyes

Holanda se prepara para la gran ceremonia que culminará con la entronación de la argentina Máxima Zorreguieta. En las calles se vive una gran expectativa a espera del día más esperado.



Holanda vive una semana histórica. La víspera a la coronación tiene a Amsterdam y a sus ciudadanos de fiesta.
La aerolínea KLM, propiedad de la Familia Real, ofrece un 10% de descuento en su free shop con motivo de la coronación de William Alexander.
Luego de 33 años en el trono, Beatrix, le cederá la corona a su primogénito. Esto significa que los Países Bajos tendrán su primer rey desde 1890. Si bien en la entrevista que Máxima y el Príncipe William Alexander dieron para la televisión holandesa, aseguraron que no estaban nerviosos frente a uno de los acontecimientos más importantes de su vida, la pareja real ensaya con sus hijas día y noche para el gran día. El próximo lunes 29 de abril, el mismo día de la gala, llegarán custodiados junto a Amalia, Ariane y Alexia para repasar sus posiciones, in situ.
 
La Maximamanía
Las principales revistas europeas la tienen en su portada. La edición española de Vantiy Fair ilustró su tapa con la futura reina holandesa y tituló: Cómo se fabrica una reina perfecta. En la misma página principal, le sugiere a Letizia de Asturias que imite a la inminente reina: “¡Tomá nota, Letizia!’’. A la estación de Amsterdam Central no dejan de llegar turistas de todo el mundo. “Venimos a la coronación. Nunca antes tuvimos tan cerca un evento de esta magnitud. Amo a la realeza”, asegura Pierina, una estudiante de Letras de Perugia, Italia.
La coronación le implica al Estado un gasto de 11 millones de euros, sin embargo son pocos los que se quejan de que se gaste este presupuesto en plena crisis europea. ‘’Hace más de 33 años que no teníamos un evento tan importante’’, explica Yvonne Phoebe, editora de la revista Privée, el semanario sobre la realeza y el espectáculo más vendido de Holanda. Todos esperan verse beneficiados con la asunción. Por empezar el 30 de abril se le dará asueto a los empleados públicos. Los comerciantes, los taxistas y los gastronómicos esperan hacer una buena diferencia.
"La Casa Real gasta mucho pero también devuelve. Su imagen es muy favorable para Holanda. Gracias a la coronación, mi facturación aumentará notoriamente", asegura el dueño de un restaurante argentino.  Un libanés le da la última mano de pintura a una de las puertas laterales de la Nieuwe Kerk, la Iglesia Nueva de Amsterdam. Allí Máxima y el Príncipe se casaron bajo el rito protestante y allí se convertirán en los reyes de Holanda.
La cara de Máxima y Alex – como la princesa lo llama en la intimidad –se reproduce en las vidrieras de todos los locales que venden souvenirs como también en los bancos más importantes de Holanda. NOS, el canal público holandés, ya se prepara en la Plaza Dam para la transmisión . Una productora asegura que hace varios días que no duerme.
“Desde que la reina anunció su abdicación, mi vida pasa por los Orange”, asegura entre risas. Hay varios programas especiales que muestran la vida de Máxima, su marido y su suegra. Una holandesa, tan fanática de Máxima como parecida, está convencida de que en otra vida fueron amigas. “La amo, siento que la conozco. Ojalá fueran todas las princesas como ellas y yo encontrara un príncipe como Alex’’, asegura Marjan.
No todo es euforia en Amsterdam. También hay miedo por otro posible atentado (en 2009, en pleno festejo por el Día de la Reina, un hombre quiso atentar contra la Familia Real). Por esta razón, habrá 10 mil policías custodiando a Máxima, a su familia y al pueblo holandés. “Espero que nadie se atreva a hacer algo con la gente que está ahí. Creo que lo organismos de seguridad van a hacer su trabajo. Confío en ellos y así soy en la vida”, dijo Máxima en su última entrevista como princesa.

Soledad Ferrari.